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ALÉGRATE, oh estéril, la que no paría; levanta canción, y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto: porque más son los hijos de la dejada que los de la casada, ha dicho el SEÑOR.
Ensancha el sitio de tu tienda, y extiende las cortinas de tus habi­taciones; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y fortifica tus esta­cas.
Porque a la mano derecha y a la mano izquierda has de crecer; y tu simiente heredará los Gentiles, y habitarán las ciudades asoladas.
No temas que no serás aver­gonzada; y no te avergüences, que no serás afrentada: antes, te olvidarás de la vergüenza de tu mocedad, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.
Porque tu marido es tu Hacedor; el SEÑOR de los ejér­citos es su nombre: y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.
Porque como a mujer dejada y triste de espíritu te llamó el SEÑOR, y como a esposa moza que es repudiada, dijo el Dios tuyo.
Por un pequeño momento te dejé; mas te recogeré con grandes misericordias.
Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo tu Redentor el SEÑOR.
Porque esto me será como las aguas de Noé; que juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré.
10 Porque los montes se move­rán, y los collados temblarán; mas no se apartará de ti mi mise­ricordia, ni el pacto de mi paz vacilará, dijo el SEÑOR, el que tiene misericordia de ti.
11 Pobrecita, fatigada con tem­pestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré.
12 Tus ventanas pondré de pie­dras preciosas, tus puertas de pie­dras de carbunclo, y todo tu tér­mino de piedras de buen gusto.
13 Y todos tus hijos serán ense­ñados del SEÑOR; y multiplica­rá la paz de tus hijos.
14 Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás; y de temor, porque no se acercará a ti.
15 Si alguno conspirare contra ti, será sin mí: el que contra ti cons­pirare, delante de ti caerá.
16 He aquí yo he creado al herre­ro que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir.
17 Toda herramienta que fuere fabricada contra ti, no prospera­rá; y tú condenarás toda lengua que se levantare contra ti en jui­cio. Ésta es la heredad de los sier­vos del SEÑOR, y su justicia de por mí, dijo el SEÑOR.