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Y VINO la palabra del SEÑOR a Jeremías la segunda vez, estando él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo:
Así ha dicho el SEÑOR que la hizo, el SEÑOR que la formó para establecerla; el SEÑOR es su nombre:
Clama a mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes y difi­cultosas que tú no sabes.
Porque así ha dicho el SEÑOR, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derri­badas con arietes y con hachas:
(Porque vinieron para pelear con los Caldeos, para henchirlas de cuerpos de hombres muertos, a los cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues que escondí mi rostro de esta ciudad, a causa de toda su malicia:)
He aquí que yo le hago subir sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
Y haré volver la cautividad de Judá, y la cautividad de Israel, y edificarélos como al principio.
Y los limpiaré de toda su mal­dad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, y con que contra mí se rebelaron.
Y seráme a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y tembla­rán de todo el bien y de toda la paz que yo les haré.
10 Así ha dicho el SEÑOR: En este lugar, del cual decís que está desierto sin hombres y sin ani­males, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem, que están asoladas sin hombre y sin morador y sin animal, tiene de oirse aún,
11 Voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de des­posada, voz de los que digan: Alabad al SEÑOR de los ejérci­tos, porque el SEÑOR es bueno, porque para siempre es su mise­ricordia; voz de los que traigan sacrificio de alabanza a la casa del SEÑOR. Porque tornaré a traer la cautividad de la tierra como al principio, ha dicho el SEÑOR.
12 Así dice el SEÑOR de los ejércitos: En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus ciudades, aun habrá cabañas de pastores que hagan tener majada a ganados.
13 En las ciudades de las monta­ñas, en las ciudades de los cam­pos, y en las ciudades del sur, y en tierra de Benjamín, y alrededor de Jerusalem y en las ciudades de Judá, aun pasarán ganados por las manos de los contadores, ha dicho el SEÑOR.
14 He aquí vienen días, dice el SEÑOR, en que yo confirmaré la palabra buena que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.
15 En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar a David Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.
16 En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalem habitará segu­ramente, y esto es lo que la lla­marán: el SEÑOR, justicia nues­tra.
17 Porque así ha dicho el SEÑOR: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel;
18 Y de los sacerdotes y Levitas no faltará varón de mi presencia que ofrezca holocausto, y encienda presente, y que haga sacrificio todos los días.
19 Y vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:
20 Así ha dicho el SEÑOR: Si pudieres invalidar mi concierto con el día y mi concierto con la noche, por manera que no haya día ni noche a su tiempo,
21 Podráse también invalidar mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y con los Levitas y sacerdotes, mis ministros.
22 Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multipli­caré la simiente de David mi siervo, y los Levitas que a mí ministran.
23 Y vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:
24 ¿No has echado de ver lo que habla este pueblo diciendo: Dos familias que el SEÑOR escogie­ra ha desechado? y han tenido en poco mi pueblo, hasta no tener­los más por nación.
25 Así ha dicho el SEÑOR: Si no permaneciere mi concierto con el día y la noche, si yo no he puesto las leyes del cielo y la tie­rra,
26 También desecharé la simien­te de Jacob, y de David mi sier­vo, para no tomar de su simiente quien sea señor sobre la simiente de Abraham, de Isaac, y de Jacob. Porque haré volver su cautividad, y tendré de ellos misericordia.