| Capítulo 8 |
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Y DIJOME Jehová: Tómate un gran volumen, y escribe en él en estilo de hombre tocante á Maher-salal-hash-baz. |
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Y junté conmigo por testigos fieles á Urías sacerdote, y á Zacarías hijo de Jeberechîas. |
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Y juntéme con la profetisa, la cual concibió, y parió un hijo. Y díjome Jehová: Ponle por nombre Maher-salal-hash-baz. |
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Porque antes que el niño sepa decir, Padre mío, y Madre mía, será quitada la fuerza de Damasco y los despojos de Samaria, en la presencia del rey de Asiria. |
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Otra vez tornó Jehová á hablarme, diciendo: |
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Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y holgóse con Rezín y con el hijo de Remalías, |
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He aquí por tanto que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas y muchas, á saber, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas: |
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Y pasando hasta Judá, inundará, y sobrepujará, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emmanuel. |
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Juntaos, pueblos, y seréis quebrantados; oid todos los que sois de lejanas tierras: poneos á punto, y seréis quebrantados; apercibíos, y seréis quebrantados. |
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Tomad consejo, y será deshecho; proferid palabra, y no será firme: porque Dios con nosotros. |
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Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y enseñóme que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo: |
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No digáis, Conjuración, á todas las cosas á que este pueblo dice, Conjuración, ni temáis lo que temen, ni tengáis miedo. |
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A Jehová de los ejércitos, á él santificad: sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. |
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Entonces él será por santuario; mas á las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalem. |
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Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados: enredaránse, y serán presos. |
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Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos. |
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Esperaré pues á Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y á él aguardaré. |
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He aquí, yo y los hijos que me dió Jehová, por señales y prodigios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos que mora en el monte de Sión. |
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Y si os dijeren: Preguntad á los pythones y á los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo á su Dios? ¿Apelará por los vivos á los muertos? |
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¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es porque no les ha amanecido. |
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Y pasarán por él fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán á su rey y á su Dios, levantando el rostro en alto. |
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Y mirarán á la tierra, y he aquí tribulación y tiniebla, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas. |