| Capítulo 62 |
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EN Dios solamente está callada mi alma: De él viene mi salud. |
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El solamente es mi fuerte, y mi salud; Es mi refugio, no resbalaré mucho. |
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¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre? Pereceréis todos vosotros, Caeréis como pared acostada, como cerca ruinosa. |
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Solamente consultan de arrojarle de su grandeza; Aman la mentira, Con su boca bendicen, pero maldicen en sus entrañas. (Selah.) |
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Alma mía, en Dios solamente reposa; Porque de él es mi esperanza. |
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El solamente es mi fuerte y mi salud: Es mi refugio, no resbalaré. |
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En Dios está mi salvación y mi gloria: En Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio. |
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Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón: Dios es nuestro amparo. (Selah.) |
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Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón: Pesándolos á todos igualmente en la balanza, Serán menos que la vanidad. |
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No confiéis en la violencia, Ni en la rapiña; no os envanezcáis: Si se aumentare la hacienda, no pongáis el corazón en ella. |
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Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es la fortaleza. |
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Y de ti, oh Señor, es la misericordia: Porque tú pagas á cada uno conforme á su obra. |